
En el contenedor que estoy abriendo ahora para echar restos de mi vida cotidiana aparecen, brillando en la penumbra, imágenes rotas de papel fotográfico.
Extraigo una al azar y luego otra, y otra, y muchas, y compruebo que las personas que se muestran rasgadas por cualquier parte son siempre las mismas: un hombre y una mujer; nada más; nadie más.
Ambos han cerrado el contenedor de su llanto para abrir otro en algún lugar diferente.
Diferente el uno del otro.
9 comentarios:
¡Niña, que relato!!!!
Y es que la vida continua y a veces es mejor romper y tirar los recuerdos al contenedor. Si los dejamos cerca no nos dejarán vivir.
Besicos muchos (se te echa de menos, preciosa).
La otredad ya es un paso adelante, amiga.
Cuánto dicho en un relato tan breve.
Yo estoy de acuerdo con Nani,también te extraño.
Y sí, a veces hay que aprender que tu y yo no somos nostros... Y seguir caminando
¡Las cosas que una puede encontrarse si osa asomarse al submundo de los contenedores, a esa frontera en la que yace lo inservible para la mayoría! ¿Qué arrebato irreflexivo forzó a alguien a desprenderse del recuerdo tangible de su pasado? Quizás nunca lo sepamos, pero recordemos que el soporte en papel está perdiendo vigencia. ¿No será que las fotos ahí partidas habían sido con anterioridad guardas en algún otro soporte? Aunque sólo fuera el que permanece en el archivo de la memoria, estate segura que del todo no van a borrase. Y si no, busquemos en nuestro archivo particular las copias de aquellas fotos que jamás se hicieron o de aquellas que por los avatares de la vida se perdieron. ¿Siguen ahí? Por mucho que digamos, somos humanos, aunque nada obste a que nos sea perennemente recordado.
Siempre estamos solos. Lo otro es una necesidad nunca satisfecha. Besos desde playa Pascual.-
Mercé dice, Hija que relato, es triste y entre lineas dice mucahs cosas...
Besos mua mua mua
"Ambos han cerrado el contenedor de su llanto para abrir otro en algún lugar diferente."
Me ha encantado el texto, y la imagen. Buena combinación.
Saludos y buen puente.
Como escribió José Agustín Goytisolo en Palabras para Julia
"...Un hombre sólo, una mujer
así, tomados de uno en uno,
son como polvo, no son nada..."
Un abrazo
Lo cierto es que no hay otra cosa más allá. Quizá solamente ese azar con el que se extraen los restos.
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