jueves, 10 de junio de 2010

lunes, 23 de noviembre de 2009

Con otra mirada

Por esas cosas de la vida y de las circunstancias, y de los cambios, y de las nuevas experiencias, y de otras sensaciones, mi tiempo se llena de algarabías constantes, de manifestaciones diferentes y de un estado de satisfacción general con el mundo y los universos.
A pesar de eso, continúo observando cuanto me rodea con un ápice de sarcasmo, a veces; otras, con frialdad o con frío. Nunca con indiferencia.

martes, 6 de octubre de 2009

Manifiesta soledad

Por si tienes unos minutos para ti.

El vídeo es ganador del Óscar al "Mejor corto de animación" (2009). Dirigido por Kunio Kato, con música de Kenji Kondo. Excelente.

La Maison En Petites Cubes from Anton Cherednichenko on Vimeo.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Las gafas de sol


(El grito. Edvard Munch)


Es una muchachita abierta, locuaz, participativa, alegre. Su madre suele ir últimamente con gafas de sol, a pesar de ser final de septiembre y oscurecer antes.
Hace poco murió su padre, el marido, un joven de poco más de treinta años, víctima de un accidente cuando iba a trabajar.


Como otros tantos, saldrán de ésta.

Como otros tantos, como yo.



(Carta de Milena)

domingo, 6 de septiembre de 2009

Sobre el azar


(El hombre. Antonio Sánchez Cabrera)






No sé qué hacer. Si continúo sentado en este asiento de este vagón de esta línea de metro, tal vez su mirada se cruce con la mía. Es posible que, cuando no quedemos sino ambos en este túnel negro, sobre el cual la vida se deshace en tantos pedazos, sus ojos parpadeen, como estoy notando desde hace un buen rato, no por la lectura de no sé qué página del libro de Murakami, sino porque la persona que justamente en este instante y en este lugar está leyendo el mismo libro del mismo autor le está mirando; y así, coincidentes, crea él que yo, el otro, soy su hombre duplicado. Y ya no haya más túneles negros ni hagan falta más cruces de miradas entre desconocidos que se escudriñan de soslayo en un vagón de metro.

A veces, raramente, el azar se convierte en nuestro mejor aliado.

lunes, 31 de agosto de 2009

Aquí. De nuevo.


( Molinos de viento. Mallorca. Andrés López López)



Me compré una nueva Nikon y salí

a dibujar imágenes.

Muchas quedaron tras un objetivo,

otras en el alma.

Como casi siempre,

seguimos a través de las mareas que la vida,

el tiempo y el aire nos regalan.



Aquí. De nuevo.


sábado, 25 de julio de 2009

Virginidad

(Mujer peinándose el cabello. E. Degas)




"Si eres virgen y quieres dejar de serlo, llama al 902..."





Mientras aparece este anuncio en la parte inferior del televisor; mientras las escenas de un reality en el que seres anónimos desgranan sus historias y sus intimidades se suceden en la pantalla; mientras yo pedaleo en la bicicleta estática frente al aparato; mientras sudo.

viernes, 17 de julio de 2009

¿Una película y una escena?

Desayuno con diamantes


Escena: Todas; por ejemplo, la primera.






Fabricante de sueños,
donde quiera que vayas, iré contigo.

sábado, 11 de julio de 2009

Busco-buscho amor


(CANCIÓN DE AMOR de Giorgio de Chirico)



"Rumana buscho
hombre serio
de cincuenta a sesenta años
de Binaced"


(El anuncio, que aparece mal escrito en un papelito pegado con esparadrapo en una pared del centro de otra localidad cercana, se completa con un número de teléfono móvil).




jueves, 2 de julio de 2009

Mini, minimísima, conversación en el supermercado



-¿Y Marcos?

-Bien, todo bien, en su línea. Ya festeja, a ver si lo engañamos, je, je, y siguen juntos.

-¿Qué me dices?

-Sí, sí, como lo oyes. Ella, la elegida, un encanto de chica. Muy buena en todo. Ay, perdona, que veo a mi consuegra. Voy a hablar un poco con ella.

-Venga, pues, a seguir así.


P.D. La parejita en cuestión tiene veintiocho años. Entre ambos.





(Imágenes: Patricia Metola. Ilustradora)

lunes, 22 de junio de 2009

Musiquita para novios


( Baile En Tehauntepec. Diego Rivera)




-La verdad es que el matrimonio te sienta estupendamente. Esa piel de caribeña playera que se te ha puesto desde vuestra luna de miel y esa sonrisa picarona de "este macho es mío".
Y, por cierto, ¿qué música elegisteis para la boda?

-Pues, mientras cenábamos, una de Bon Jovi, otra de Bisbal, de Michael Jackson, de Nana Daconte y de las películas Gladiator y Vampiros. Y de Bustamante, desde luego.

-Ya, ya. Yo me refería a la que sonó en la ceremonia.

-Ay, chica, pues la que se pone siempre. La de los novios, ésa. ¡Joder!

- Lo que yo pensaba: ¡Joder!

lunes, 8 de junio de 2009




No hay nada como el silencio

para ubicar la nada.





(Il n´y a que le silence)

sábado, 30 de mayo de 2009

El ring

En las imágenes que acompañan a la información que ofrece la presentadora, aparecen hombres que golpean con fuerza sacos de cuero. Mochilas de deporte se desparraman por el perímetro de una sala grande. En el centro de ella, delimitado el espacio a modo de ring, un joven con tatuajes en los brazos se ensaña contra el adversario bajo la mirada de alguien que actúa de árbitro.
Son las clases en un club de boxeo, cuyo cartel de entrada promociona a futuras glorias. Mucho sudor y varias heridas se mezclan con fotografías de ídolos con narices rotas y guantes enormes.
El responsable del local muestra a la cámara algunos de los trofeos conseguidos.


También hay niños.


También hay niños entrenando.

martes, 19 de mayo de 2009

Siempre Benedetti

Táctica y estrategia


Mi táctica es
mirarte,
aprender cómo sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte,
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca,
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
por fin me necesites.

sábado, 9 de mayo de 2009

Una mujer de su casa


Y a usted, cómo le gustaría que fuese su futura esposa.


Pues normal, oiga, que sea una mujer de su casa, eso sí, y que sea guapa y simpática, pero que no gaste en potingues,

y que tenga ganas de divertirse, pero que no fume ni beba,

que me quiera mucho y que me cuide,

que sea joven y que sepa cocinar, que a mí me gustan mucho los guisos que me prepara mi madre, que, la pobre, ya es vieja y no durará mucho,

y que sea limpia, que no derroche y que no pida mucho, que no estamos para echar cohetes,

y que le guste la jodienda, claro.



No sé qué más quiere que le diga. Eso, una mujer normal.

domingo, 26 de abril de 2009

Completamente viernes (O completamente lunes)


Llama Pepe a José Hierro
y simplemente Ángel a Ángel González.
Yo, sin embargo, me dirijo al poeta
Luis García Montero
de usted
y le pregunto por el amor y por la vida
y por las palabras y por el alma,
sin dejar de mirar sus ojos y con la casi
vergüenza que me produzco por querer imitarle.

Mientras, usted, y repito su nombre,
Luis García Montero,
me cita varios versos
mirando mis ojos,
y su brazo
izquierdo seposa sobre un poemario mío que yo
le he regalado.


De usted le hablo,
a usted me dirijo,
y lo hago, a pesar de la corta diferencia de edad
que nos separa,
de usted.


Una sutil diferencia.

martes, 14 de abril de 2009

No tires las cartas de amor

J.H.Fragonard. "La carta de amor"



NO LLENCIS LES CARTES D'AMOR

Elles no t'abandonaran.
Passarà el temps, s'esborrarà el desig
-aquesta fletxa d'ombra-
i els rostres sensuals, intel•ligents, bellíssims,
s'ocultaran en un mirall dins teu.
Cauran els anys i avorriràs els llibres.
Davallaràs encara,
i perdràs, fins i tot, la poesia.
El soroll fred de la ciutat als vidres
anirà esdevenint l'única música,
i les cartes d'amor que hauràs guardat
la teva última literatura.

Joan Margarit


PRIMER AMOR

Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esta flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.

Joan Margarit



Quizás nunca llegue a entender por qué ese afán, esa oculta ambición de guardar cuanto forma parte de la vida.

Desconozco cuál será mi última literatura, pero sí puedo decir que un calambre de tristeza ha recorrido mi norte y mi sur cuando he leído el poema anterior. He recordado que hace unos meses eché al contenedor miles de palabras que, recibidas antaño, me acompañaron durante tanto tiempo. Quedan en la memoria. Sólo ahí.




lunes, 6 de abril de 2009

Lástima haber perdido el teléfono





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(Ay)

viernes, 27 de marzo de 2009





Miradas para ti

Regards pour toi





...

sábado, 14 de marzo de 2009

La soledad no admite género



(EDWARD HOOPPER. Los halcones de la noche. 1942)




En la calle de atrás de El Borne la humedad huele a semen, las paredes se abrasan de cenizas de cigarrillos baratos y el fango se hunde hasta los huesos.


Nadie atraviesa los pocos metros llenos de asco que separan el infierno de la luz, salvo quienes son arrastradas por hombres de uñas negras y baba en las comisuras, que les pagan por abrirse de piernas, sujetas a la pared, manchadas de carmín barato y zapatos altos.


A las once de la noche empieza la vida para alguien que, tras una persiana corroída por la mugre, clava sus ojos en las bragas que caen a los pies de una peluca rubia. Permanece a oscuras, en silencio, escudriñando otros sexos mientras su mano manosea el suyo. Le cuesta tanto alcanzar el orgasmo como a las mujeres que se dejan penetrar a cambio de veinte euros.



Así cada noche, cada madrugada, cada estación, cada año, desde hace tanto tiempo.

La soledad.


Hoy, sin embargo, una bocanada llena de flemas de sangre, de llanto, de muerte, se ha apoderado de su cuerpo y de su alma cuando, a través de esa persiana carcomida por el paso de tanta oscuridad, ha descubierto la imagen de su hija hundida entre la pared y el pene de un hombre.

Un ruido seco, a este lado de la habitación, ha perturbado el espasmo.

Después, todo ha seguido igual.




lunes, 9 de marzo de 2009

Carta de María Jesús








Sí, lo que yo te digo.

No puedo con los albañiles, fontaneros, pintores, carpinteros, escayolistas y demás especímenes dispuestos a alterar cualquier rutina más o menos acomodada.

Asaltadores todos ellos de mi intimidad; usureros de mi sueño a pierna suelta, robadores de mis cantos matutinos, asesinos de mi integridad física y aun más moral.

Me exasperan sus útiles, sus cajones con herramientas, su calzado lleno de polvo, sus manos grasientas sobre los marcos de las puertas, sus brochas y sus sierras y sus martillos y sus cables y su alegría.

Me enferman, me sacan de quicio, me enervan; me muerdo las uñas, se me cae el pelo, el estómago me grita, la tirria se desencadena, la mala uva se apodera de mí.


Qué manía les tengo a todos ellos.


(¿Ves? Ya me he desahogado. Acabo de limpiar el último rescoldo de un elemento que, para colocar un nimio y ridículo aparatejo, ha desmontado lo indesmontable).



M.Jesús.

viernes, 27 de febrero de 2009

Donde habite el olvido

Cambió la cerradura de la puerta,
la llave de la maleta,
la contraseña de una dirección;

todo para que ella no volviera.



.

















No hacía falta tanto, muchacho.

Creo que fue precisamente ella quien lo percibió mucho antes.








DONDE HABITE EL OLVIDO

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.



Luis Cernuda

(Algunas veces Cernuda)





(Fragmento del ala de la mariposa
. Julio Gómez)

miércoles, 18 de febrero de 2009

Carta de Milena



Como podrás comprobar, querido, me importa un bledo que no vuelvas. Es más, casi te rogaría, te suplicaría, te exigiría que, definitivamente, dejaras la llave en el buzón; que la introdujeras dentro como si se tratara del último acto que te lleva a mí, porque eso es lo que espero; que, al tener esa pequeña pieza metálica sobre mi mano, no sintiera en ella todo el cosquilleo que se apoderó de mi estómago cuando estrenamos el diminuto apartamento.




Como podrás comprobar, cariño, me da lo mismo que te vayas con otra. Preferiría, eso sí, que la elegida fuera más gorda que yo, más tonta que yo y más triste que yo. Es más, casi te rogaría, te suplicaría, te exigiría que no recordaras más cómo es mi cuerpo ni cómo mi mirada; que yo haré lo mismo, no temas, no vaya a ser que, de repente, surgieran por mi espalda los escalofríos que en otra época se ubicaron, acreedores de una eternidad que resultó efímera.




Como podrás comprobar, amor, sin ti sigo, siendo nada, y todavía menos, pero me importa un pimiento que desaparezcas.


Milena



P.D.

Te odio.


(Los amantes. René Magritte)

domingo, 1 de febrero de 2009























Saltamos

como equilibristas

sobre los posos

de la vida.

miércoles, 28 de enero de 2009



Atraviesa el espacio

una línea que nos divide.

A un lado permanece el silencio;

al otro... tu presencia.


(Imagen: Internet)

domingo, 11 de enero de 2009

De muecas y sonrisas

( Botero. El baile)



El hombre permanece quieto, cansado, lacónico, ausente, casi mortecino. Alterna el peso del cuerpo de uno a otro pie; los hombros, imitando el movimiento, se balancean por pura inercia.

La mujer sonríe, mira aquí y allá, rebusca, se mueve.


El hombre la sigue, la persigue, la vigila, la pierde, la rescata, la aprieta sin tocarla.


La mujer se escabulle. Pregunta, pizpiretea, prueba, pasa de largo, retrocede.


Lo mira; continúa allí, a su lado, cual perro guardián. Soportando, aguantando, maldiciendo, pensando.


Caminan uno tras la otra, a cierta distancia, hacia la salida.


Ella, bolso al hombro. Él, carro y cartera.


Antes de poder respirar el aire frío de la calle habrá que pasar por caja.


Cariño mío: Son las rebajas.

¿Bailamos?

lunes, 29 de diciembre de 2008

Final de diciembre

(El beso. Klimt)




En la parte trasera del taxi se besaron y se abrazaron. No como se besan y se abrazan las parejas desbordadas de pasiones enardecidas y dispuestas a saciarse en varios minutos. No como esas otras en las que la rutina predispone al automatismo, a la secuencia tantas veces repetida, casi al hastío.
No como aquéllas en las que el cariño se torna leve caricia en la espalda y roce de labios sonrientes, sin más.
En aquel taxi, entre otros vehículos que atravesaban asfaltos quejumbrosos, fachadas, semáforos, bocinas, voces, anuncios de Navidad.



Tanto tiempo esperándote, dijo Ana.

Tanto tiempo esperándote, contestó Roberto.



Y ése fue el mejor regalo que el taxista hubiera podido imaginar para una tarde de finales de diciembre.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Comparto






















Comparto una historia con Pilar. O dos.
Comparto muchas palabras con Antonio.
Comparto, siempre, la sonrisa con Graciela.

Comparto, seguramente, un ápice de tristeza con alguien.
Comparto un leve recuerdo con no sé quién.
Comparto la soledad conmigo misma.

Comparto, en este momento, los buenos deseos.



("Muchacha con turbante" o "La joven de la perla". Jan Vemeer)

domingo, 14 de diciembre de 2008

No hay más verdad que la verdad























Me llamo Milena y tengo 47 años.





No me identifico con el presente,


en ningún caso con el futuro;


muy poco con el pretérito imperfecto


que, altivo y frío, se me aparece en invierno.





No me identifico salvo


con el pretérito perfecto.


El que tú me regalaste.


Y es una lástima que los tiempos verbales


casi nunca se conjuguen al unísono.



(Cuadro: "Después del baño" o "La bata rosa". Joaquín Sorolla)

domingo, 7 de diciembre de 2008

Los números de mi vida



El número de D.N.I.


El número de identificación personal de tarjetas de crédito


El número del móvil de algunas personas


El PIN de mi móvil


El número de los teléfonos fijos


El número de cuenta de Google


El número de contraseña del correo electrónico


El número de cliente




Y otras cosas que siempre se cuentan.








El número de veces que me equivoco


El número de veces que te miro


El número de veces que me encanto


El número de veces que sonrío






Y otras cosas que jamás se han de contar.




(Imagen: La noche estrellada. V. Van Gogh)


domingo, 30 de noviembre de 2008

Un hombre y una mujer

(Pablo Picasso, Hombre y mujer)



En el contenedor que estoy abriendo ahora para echar restos de mi vida cotidiana aparecen, brillando en la penumbra, imágenes rotas de papel fotográfico.

Extraigo una al azar y luego otra, y otra, y muchas, y compruebo que las personas que se muestran rasgadas por cualquier parte son siempre las mismas: un hombre y una mujer; nada más; nadie más.

Ambos han cerrado el contenedor de su llanto para abrir otro en algún lugar diferente.

Diferente el uno del otro.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Cuadro blanco y negro


"Cuadro blanco sobre fondo blanco". Malevich


A Allí, donde yo vivo, ha llegado la niebla.

Hasta hoy he pasado el tiempo metida en una urna de color claro, no brillante, pero sí de un sabor dulce y un olor a piel madura que para mí era suficiente.

Hoy, sin preguntar, el universo que yo diviso desde Allí ha aparecido blanco y todas las horas se han recubierto de ese letargo que te ofrece la penumbra.

Al atardecer se ha disipado.



Tal vez para darme cuenta de que la noche, invariablamente, ha venido.

(Carta de Milena)




.

jueves, 13 de noviembre de 2008

De un velero y una luz


El balandrito. Joaquín Sorolla




De un velero y una luz

Como una niña curiosa me adentro
en tu alma

para comprenderte y alcanzarte,
y, aunque calles, escucho tu silencio
porque sé que es el único sonido
que deseo.


Y me despojo de cuanto (qué poco) tengo y soy
para subir a
un velero blanco y limpio

donde la luz se desparrama y el agua me penetra,
porque sé que es el único lugar donde
quiero permanecer.


Guiándome tú por los recovecos de este camino
en que nos encontramos, hambrientos
de palabras

que hablan de lunas y mares y cielos y nubes,
porque sé que es cuanto necesito.



Pero si alguna vez tú quieres buscar otros sonidos
y otros barquitos y otras palabras,
dímelo despacio,

que mi agua es tan frágil y mis versos
tan pequeños
que quizás se rompieran de repente.

Dímelo un amanecer, cuando me haya girado
para mirarte y

(ahora sí) mi alma esté cubierta de

la luz

que tú me has dado.



(María Jesús Lamora. Hace tanto tiempo)

sábado, 1 de noviembre de 2008

La última palabra











No me pegues.

No me pegues.

No me pegues.

No me pegues.

No me pegues.

No me pegues.





No me pegues más.


No me pegues más.


No me pegues más.



Mátame, si quieres, pero no me pegues más.


No.



Fue su última palabra.









(Imagen: Hoja, Cuadro Negro, Mancha Roja. Andrés Palma)

jueves, 16 de octubre de 2008

Un sol blanco




Esta tarde he visto un sol blanco y redondo tras una cortina de niebla. Conduzco llena de vida por el carril de la derecha y el sol queda enfrente, hacia la izquierda. Mi hija pequeña me espera, supongo que con el abrazo y el beso y la sonrisa que siempre me ofrece y que yo recibo y devuelvo complacida. Escucho la radio, noticias y comentarios envueltos en papel de canciones de moda. Puedo incluso notar el latido de mi corazón, el roce que producen las ruedas sobre el pavimento gris, tambaleante junto a serpentinas de campos de otoño.


La tarde, la noche cercana, el amanecer, el día, todo se inunda de pinceladas ante mis ojos. Y, de repente, más allá de la radio o el latido o el roce de las ruedas, incluso más allá del beso de mi hija, me viene a la mente el poema de Ángel González:


¿Cómo seré yo

cuando no sea yo?

Cuando el tiempo haya modificado mi estructura,

y mi cuerpo sea otro,

otra mi sangre,

otros mis ojos y otros mis cabellos.



Y pienso que quizás sea como ese sol blanco y redondo que aparece más allá de la niebla.

lunes, 13 de octubre de 2008

Una visita obligada



Empezó visitándola todos los días. Ahora, después de un año, la va a ver una vez por semana. No porque la quiera menos; tampoco sabe por qué. Se planta delante y la mira, y ella le devuelve siempre la misma sonrisa y la mirada directa sobre un papel de fotografía enmarcada.

La mira, la mira, exactamente con las mismas ganas y las mismas lágrimas. Con el mismo temblor de manos y la misma inmensa tristeza.

No reza, tampoco implora, ni suplica, ni reprocha. Sólo la ausencia, el mismo desconsuelo, el mismo abandono, el mismo vacío, la misma mueca de estupor que mantiene desde que, hace trescientos sesenta y cinco días, se enteró del suicidio de su mujer.

domingo, 5 de octubre de 2008

Nada de particular

Fran es un hombre delgado, joven, guapo.




Nada de particular.



Es culto, inteligente, sensible.

Pianista, profesor, doctor, concertista, escritor, investigador, conferenciante, crítico musical y más.




Nada de particular.



Enamorado de Pedro, su marido.





Nada de particular.



O casi todo.

martes, 30 de septiembre de 2008

Soy

Soy Ana, Elena, María, Milena, Luna. La amante, la fulana, la madre, la maruja, la loca, la mujer (y no en ese orden).


Soy un poco de todas y un mucho de algunas.




El haz y el envés, la cara y la cruz, el blanco y el negro, el cielo y la tierra, el mar, la nada y el infinito.


El sonido o el ruido más atroz, el silencio más despiadado; la mirada más dulce, el orgasmo más intenso, la claridad más fugaz, el aliento más sensual.





Me enriquezco de ti y a ti te llamo. No soy término medio.






Soy lo que leo y lo que escribo, también lo que aparento, lo que dibujo y lo que imagino.


Soy lo que sufro, lo que río, lo que miro, lo que rozo, lo que me roza, lo que me irrita, lo que me excita, lo que me desgarra, lo que me mata y lo que me hace seguir.


Ya lo sabes.


No me escondo.


Jamás.


Aunque no lo parezca.

Las putas de Álvaro




Álvaro quería una puta; a decir verdad, quería varias putas, pero sin necesidad de pagarles. Sólo enseñarles el mar y varias pinceladas de fotografías en blanco y negro. Ahuyentar su soledad con dosis de sexo a distintas horas y en diferentes lugares; no porque se descubriera siempre baboseando en una constante erección, no, pues, a los cincuenta y cinco años, no sé ustedes, pero él no se encontraba en su mejor momento. Estaba muy trabajado, como suele decirse; demasiado, quizás. Más bien, por ese deseo innato de aferrarnos a lo poco que nos queda por pasar, a lo ínfimo que queda.


De profesión, abogado de éxito, con casita junto al Mediterráneo y cenas variadas; barcelonés de trabajo y ocio; el resto, para la familia: esposa bióloga e hijos independizados. Y viajes, todos los que hicieran falta para beber champán en ombligos de colores, que era lo que a él le excitaba en demasía.


Quería sus putas al lado, sin que ninguna de ellas supiera de la existencia de las demás, claro está. Disfrazado de hombre correcto, como tantas veces ocurre, su pasión por el vello púbico le irradiaba una suerte de alegría perpetua, a sabiendas de que, en cuanto marcara un número de teléfono, poseería o se dejaría poseer por la mujer que en ese momento le viniera en gana.


Cometió muchos errores.
El peor de todos fue enamorarse de María, una de las casi quinientas que atiborraban su agenda y que resultó ser, a la postre, quien le escupió toda la miseria que él había transmitido.


No lo hizo por las demás, no, sino por ella misma.


sábado, 27 de septiembre de 2008

El último avión


Tomó el último avión que pudo aquel viernes. Sólo para verlo.




Y lo vio. En cada uno de los rincones del barrio del Marais, la place des Vosges, el boulevard Saint Germain, la isla de Saint-Louis...






En los pequeños cafés, envueltos de acordeones y guitarras, en la orilla izquierda y en el agua del Sena.


Lo vio.




Los vio.




...No sé si París merecía este viaje.

jueves, 25 de septiembre de 2008

De un tiempo atrás


La mujer apareció bañada en un charco de sangre. Junto a ella, la policía encontró unas llaves, una cartera, documentación y un móvil roto, metidos en un pequeño bolso.

Diez minutos antes, Elena era atropellada por un motorista que se dio a la fuga.

Quince minutos antes, a Elena le sonó la indicación de haber recibido un mensaje escrito.

Cincuenta minutos antes, Elena estaba sentada en una sala de conferencias, oyendo sin escuchar la voz de alguien que hablaba sobre Molière.

Miles de minutos antes, Elena esperaba la llamada de alguien.

Media vida antes, la mujer jamás pensó que llegaría un día en que recibiría, por fin, después de tanto tiempo, el mensaje que jamás podría leer.

Y que nunca sabría si, verdaderamente, era el que había deseado.

martes, 23 de septiembre de 2008

De repente





No necesitó nunca un barco, sólo la brisa rozando de frente su cara. Ni un azul intenso, sólo un poco de mar para envolverse. Ni un sonido orquestal de fuegos artificiales (tal vez los que ahora hayas visto en tu cielo), sólo el leve y fraccionado eco de su aliento. Ni un abrazo eterno, sólo su caricia en la espalda. Ni las mejores promesas, sólo su mirada presente. Ni el lazo de sus piernas junto a otras, sólo el vello erizado de la cercanía.

Jamás necesitó su adiós, ni lo quiso, ni lo deseó, ni lo ansió, ni lo buscó.

Jamás.

Y, sin embargo, la brisa y el mar y el eco y la caricia desaparecieron de repente. Tan de repente que a Milena le costó demasiado tiempo reconocerse nuevamente.


Entre tantos cristales.



domingo, 21 de septiembre de 2008

El triángulo de las Bermudas





Equidistantes asomamos en una rotonda de una plaza de una ciudad. Por una parte, ellos, pongamos que se llaman Juan y Maite. Por la otra, un anónimo que los mira. Para terminar, yo, parada junto al semáforo rojo. El resto del mundo no existe.
Juan y Maite son dos jóvenes que se besan en uno de los bancos que bordean una gran fuente de cascadas y aguas que bailan rítmicamente. Ajenos a todo, y a todos, se besan, se rodean, se acarician el pelo y el pecho y el pantalón y hasta el pie. Desconozco si alguno de los dos ha leído el capítulo VII de Rayuela, de Julio Cortázar, pero la imagen que imprimen a esta escena de mediodía de domingo así lo parece: el beso. No otro. Ése. Hasta la saciedad se juntan sus bocas y sus lenguas, destacando su silueta contra el fondo de los edificios.
El anónimo se masturba mirándolos; lo hace de una manera disimulada. Lo que no esconde es su mirada, que mantiene fija en los dos, directamente, provocador, incluso soez, como si le fuese la vida en ello. Parece sacado de un personaje de Si te dicen que caí, de Juan Marsé.
No sé cuánto tiempo llevan así, los tres, cada cual en el centro de su placer.
Yo soy la última que aparece en el cuadro. Un semáforo que ha cambiado de color, simplemente, como el azar, que nos coloca tantas veces en decorados distintos, hace que mi vista se dirija a los otros dos puntos de este triángulo.
Al poco, el anónimo se levanta y se dirige hacia la pareja que continúa lamiéndose la boca y, diría, hasta la garganta.
Y, de repente, me aterra la idea de pensar que va a cometer cualquier acto violento contra ellos. No es lógico que camine hacia allí, cuando hay más salidas de la plaza que comunican con las calles cercanas. Pero sí, el anónimo continúa sus pasos hacia los jóvenes.
Al llegar a su altura, pasa de largo sin detenerse.
En un momento, el semáforo se ha puesto verde. El claxon del coche posterior al mío hace que me sobresalte en el asiento.
Varios segundos después, veo a mi izquierda a un hombre anónimo que llava el pantalón manchado y el gesto ausente.

Mientras, los jóvenes se siguen comiendo a besos y yo desaparezco del escenario.



jueves, 18 de septiembre de 2008

Las cinco de la tarde



Son las cinco de la tarde y están enterrando a un hombre.

Ayer vi la esquela, colocada en una pared, al fondo de mi calle. Es una esquina destinada a anunciar muertes y allegados y horas de sepelio, como otros puntos dentro del pueblo, donde uno se acerca cuando ve unas letras y, casi siempre, una foto.

Supe de la muerte de este hombre poco antes de leer su nombre allí, donde digo; me lo comentó un carpintero que estaba arreglando una cerradura en mi casa. ¿Te has enterado?, fíjate, con lo bien que estaba. ¿Cómo, qué, quién?, sí, éste, mujer, que tenía dos hijas pequeñas y que trabajaba en el super de las afueras. Voy a ver... Efectivamente, cuando miras la foto frente a ti, como si de un recorte de prensa se tratara, se te hiela la sangre. Tan joven, de un infarto, cómo es posible. 38 años no son pecado para morir.


Al final, uno acaba por descubrir que la vida son dos días, y que, cuando somos conscientes de eso, ha pasado ya uno y medio.


Al final, uno acaba siempre por descubrir su soledad.



lunes, 15 de septiembre de 2008

Cosas de muchas mujeres y de algunos hombres


Esto del Messenger tiene su gracia. Te envían consejos, enlaces, temas interesantes... para la mujer... y para el hombre, faltaría más. De todo se aprende, oye.

Consejos absurdos (pero ciertos) de belleza.

Si tus raíces parecen grasas justo cuando vas a salir a la calle, coge un poco de polvo de talco, extiéndelo por tus manos y aplícalo en tu pelo para que quede seco con rapidez.

Aplica una mínima cantidad de perfume en tu cepillo y úsalo sobre tu pelo, de las raíces a las puntas. La fragancia durará todo el día.


¿Callos recalcitrantes? Justo cuando te vayas a dormir, aplica vaselina sobre ellos, ponte unos calcetines y al día siguiente habrán desaparecido.

Volver a repetir un maquillaje por alguna imperfección puede consumir demasiado tiempo. Aplica un bastoncillo de algodón con quitamaquillaje y elimina esos fallos.

Si eres de esas personas que, tras hacer ejercicio, tiene un rostro rojo durante varias horas, toma un antiestamínico para recuperar tu aspecto normal.

Corta un aguacate, pélalo y machácalo bien en un cuenco. Extiende la mezcla por tu cuerpo y espera unos 20 minutos. Al retirarla, tu piel será más suave que nunca

Una uña rota es de lo más molesto. Aplica un poco de pegamento líquido, deja que se seque y luego píntate las uñas con un color opaco.

¿Se te fue la mano con el lápiz de labios? En lugar de restregarlo o difuminarlo, usa un bastoncillo mojado en limpiador de maquillajes.

Aplica un poco de laca sobre tu cepillo y péinate de raíces a puntas. La laca dará volumen y brillo a tu pelo, pero de forma natural y sin apelmazarlo.

Si quieres que tu bronceado brille sin que parezca grasiento, mezcla con tu bronceador un poco de aceite para niños.

Nada tan molesto como que la punta de tu lápiz de ojos se rompa mientras lo usas. Mételo en el congelador durante 15 minutos y no te dará problemas.

Para evitar que una espinilla aumente de tamaño, puedes controlarla a tiempo aplicando una punta de pasta de dientes. Espera 15 minutos para que absorba el exceso de grasa y limpia la zona.

Si cuesta curvar tus pestañas, calienta tu rizador durante unos segundos con el secador.

¿Tienes muchos jabones demasiado bonitos como para usarlos? Guárdalos entre tu ropa limpia para que huela mucho mejor.

Para quitarte diez años de encima

Las partículas reflectantes sirven para difuminar líneas de expresión y pequeñas arrugas. Evita los tonos mate y sustitúyelos por una base semitransparente.

Si tienes una piel más madura, evita los correctores más densos. Usa uno de término medio, pero sobre todo busca un revitalizante que te hidrate y nutra tu piel.

El lápiz de labios más oscuros hace que tus labios parezcan más finos, lo que es un signo de madurez. Busca pintalabios más cremosos o con gloss para rellenar los labios y darles un aspecto 'jugoso'.

Tu corte de pelo tiene una medida ideal cuando te haces mayor, y es entre la mandíbula y los hombros. Es un tipo de corte que funciona siempre, sin que importe la forma de tu cara.

A medida que envejecemos el pelo se vuelve más seco. Debes realizar un tratamiento con aceite caliente cada semana, y eliminar las puntas abiertas cada mes y medio.

Los métodos de blanqueamiento dental están en auge, con precios cada vez más asequibles. Tus dientes se oscurecen a partir de los 30, así que el blanqueamiento es una buena opción, siempre que antes consultes con tu dentista.

Las capas de células muertas pueden acumularse y hacer que la piel carezca de brillo. Elimínalas para devolver la juventud a tu piel; de paso, estimularás el flujo sanguíneo en tu rostro y les darás más nutrientes.

Si eliminas el azúcar de tu dieta verás cómo tu piel gana en tono y textura. Esto se debe a que las moléculas del azúcar atacan las fibras elásticas de la piel. ¡Tan fácil como decir adiós a los dulces!

Beber entre litro y medio y dos litros de agua al día permite eliminar las toxinas de tu cuerpo. Si lo complementas con dos o tres infusiones diarias, mejorarás el tránsito intestinal y renal, evitando que tu piel acumule dichas toxinas.

El antioxidante de moda es el efectivo Glisodín, capaz de mejorar la salud de cualquier tejido de tu cuerpo. La piel mejora en tono, textura y brillo, y a tu pelo también le vendrá muy bien.

Mantente siempre erguida, con los hombros hacia atrás. De ese modo tu postura es más enérgica, confiada y relajada. No es tan fácil como parece: practica cada día hasta que se convierta en algo instintivo.

Estudios recientes indican que un perfume con un toque de aroma a frutas del bosque hacen que aparentes seis años más joven. Al parecer, este aroma produce optimismo y cierto interés sexual. Hay gran cantidad de aromas y lociones con esta fragancia.


S
O
C
O
R
R
O
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


P.D.

Me quedo, especialmente, con tres: Lo del aguacate por todo el cuerpo seguro que tiene su morbo.

Por otra parte, ¿qué tendrán los labios jugosos, que gustan tanto?

Y, por último, lo del perfume con un toque de aroma a frutas del bosque para parecer seis años más joven... jamás había oído algo similar.

Por si acaso, ya sabes el próximo regalo.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Preparada y preparado



Sí, cariño, lo que tú me digas, que me quieres y que no sé hasta dónde alcanza tu amor. Que no puedes vivir sin mí, que mis curvas te enloquecen y mis tetas aún más. Que qué bien se está en casa y que qué gustito encontrarse la cama calentita cuando uno llega con la cabeza loca. Y no así, como tú estás ahora, en el camión, aunque tenga muchas comodidades, que ya me acuerdo yo de ellas, cuando éramos novios y yo te acompañaba en tus viajes.

Sí, amor mío, que los niños también te echan de menos, que a ver si vuelves pronto, antes de Navidad, como el turrón, que a Gloria le ha salido otro diente y ha de venir el ratoncito Pérez; que Juan se ha caído de la bicicleta, pero que no ha sido nada, y que Germán dice que se ha enfadado con la yaya porque no le ha dado dinero para las fiestas.

Sí, yo también estoy bien; por aquí hace fresco, ha cambiado el tiempo de un día para otro. La lavadora se ha estropeado; a ver si vienen a arreglarla, que yo no sé estar sin ella; mañana iré también a comprar la tela para la cortina, aquélla que te comenté que me gustaba mucho y que está bien de precio.

¿Que qué hago ahora?, pues... estoy viendo la tele, nada de particular. Como tú no estás, no he salido. Aunque me gustan los Inhumanos, que actúan esta noche en La Algodonera, y sus canciones, sabes que no me gusta ir por ahí mientras tú estás trabajando.

Sí, ya sé que las llamadas valen dinero, pero ¿qué prisa tienes?




-Ven, que ya estoy preparada.




No te entiendo bien, parece que se corta, o hay interferencias, me dices; bueno, tesoro, que ya me llamarás otro día, que ya les daré los besos a los niños, no sufras, y que ya te prepararé la paella para este domingo, por si llegas a la hora de comer; avísame primero.

Que yo también te quiero, no sé por qué lo preguntas.




-Ven, que ya estoy preparado.




Sí, parece que las interferencias continúan haciendo de las suyas. Pero en ambos teléfonos. ¡Eso de estar separados por varios países...!

Ten mucho cuidado, cielo, que el camión es seguro pero hay muchos accidentes. Y ya sabes que la hipoteca aún no está pagada.

Por cierto, no sé si has escuchado ahí la noticia del gen 334 que han descubierto y que habla de no sé qué cosa que tenéis los hombres y que os hace estar cachondos casi de perpetuo. Vale, no hago caso, amor, de esas tonterías. A qué fin nosotros, a nuestra edad, con los hijos y todo.

Ay, tesoro mío, cuánto te echo de menos. Te esperamos este fin de semana. Y coge unos días de vacaciones, que te irán bien. Tanto volante y tanto transporte, hombre. Que la cama ya está calentita.
Eso, que esta cama también está calentita.



Claro que otro beso para ti, pichurri. Adiós.

domingo, 7 de septiembre de 2008

De un domingo por la mañana

Me levanto pensando que es lunes.
Me coloco las gafas.
Me peso, desplomada ante las cifras.
Me voy a la cocina.

Me doy un susto de muerte.
(Un ratón , venido desde ni se sabe dónde, ha entrado desde la terraza y pasea libremente por la encimera)
Me oye el grito hasta el último ser vivo de esta casa.

Me voy al baño.
Me miro en el espejo.
Me meto en la bañera.
(Mientras otros intentan dar caza al roedor)

Me convenzco, mientras
me enjabono, de que, si no veo el bicho muerto, no preparo ni una comida más.
Me dicen que el ratón, por fin, se ha escapado por el mismo lugar por donde ha entrado.

Me lo creo. No me queda otro remedio.
Me fastidia mi cobardía ante algunos animales. Pero es domingo y

me encanta.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Milena





"¿De dónde habrá surgido la idea de que las personas pueden comunicarse mediante cartas? Uno puede pensar en una persona distante y puede tocar a una persona cercana; todo lo demás queda más allá de las fuerzas humanas.

Escribir cartas, sin embargo, significa desnudarse ante los fantasmas, que las esperan con avidez. Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por el camino los fantasmas. Con este abundante alimento se multiplican en forma desmesurada. La humanidad lo percibe y lucha por evitarlo. Y para eliminar en lo posible lo fantasmal entre las personas y lograr una comunicación natural, para recuperar la paz de las almas, ha inventado el ferrocarril, el automóvil, el aeroplano. Pero ya es tarde: son evidentemente inventos hechos en el momento del desastre. El bando opuesto es tanto más calmo y poderoso; después del correo inventó el telégrafo, el teléfono, la radio.


Los fantasmas no se morirán de hambre, y nosotros, en cambio, pereceremos."



FRANK KAFKA "Cartas a Milena"




Conocí a Milena hace años, de la forma más casual. Un tropezón, voluntario o no, derrumbó las estabilidades.

Desde entonces, asiduamente, es ella quien me escribe y me cuenta de sus vidas.

Desde entonces, puntualmente, soy yo quien lee sus cartas y escucha sus vidas.

martes, 2 de septiembre de 2008

Te quiero, mamá


(Madre cosiendo Autor:Mary Cassatt Fecha:1902
Museo:Metropolitan Museum Estilo:Impresionismo)






Había empezado aquí un texto. Como era la hora de comer, lo he dejado abierto con la intención de seguir más tarde. Mi hija Ana, de trece años, lo ha visto y ha escrito lo que sigue a continuación.


Vuelvo aquí cuando ya he dormido la siesta. Veo sus letras y elimino lo que yo, como siempre de una manera más bien torpe, había redactado. Dejo aquí solamente sus palabras; sus dulces, sabrosas palabras de colores. Y lo hago con una sonrisa que me tiene loquita, loquita.





TE QUIERO, MAMÁ...( DE TU HIJA ANA)
gracias por:
*haberme traído al mundo
*haber estado conmigo cuando yo estaba triste
*haber celebrado conmigo mi felicidad
*y gracias por otras muchas cosas que no hay ganas de escribir
:)
te quiero mucho, mamá .


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