martes, 30 de septiembre de 2008

Soy

Soy Ana, Elena, María, Milena, Luna. La amante, la fulana, la madre, la maruja, la loca, la mujer (y no en ese orden).


Soy un poco de todas y un mucho de algunas.




El haz y el envés, la cara y la cruz, el blanco y el negro, el cielo y la tierra, el mar, la nada y el infinito.


El sonido o el ruido más atroz, el silencio más despiadado; la mirada más dulce, el orgasmo más intenso, la claridad más fugaz, el aliento más sensual.





Me enriquezco de ti y a ti te llamo. No soy término medio.






Soy lo que leo y lo que escribo, también lo que aparento, lo que dibujo y lo que imagino.


Soy lo que sufro, lo que río, lo que miro, lo que rozo, lo que me roza, lo que me irrita, lo que me excita, lo que me desgarra, lo que me mata y lo que me hace seguir.


Ya lo sabes.


No me escondo.


Jamás.


Aunque no lo parezca.

Las putas de Álvaro




Álvaro quería una puta; a decir verdad, quería varias putas, pero sin necesidad de pagarles. Sólo enseñarles el mar y varias pinceladas de fotografías en blanco y negro. Ahuyentar su soledad con dosis de sexo a distintas horas y en diferentes lugares; no porque se descubriera siempre baboseando en una constante erección, no, pues, a los cincuenta y cinco años, no sé ustedes, pero él no se encontraba en su mejor momento. Estaba muy trabajado, como suele decirse; demasiado, quizás. Más bien, por ese deseo innato de aferrarnos a lo poco que nos queda por pasar, a lo ínfimo que queda.


De profesión, abogado de éxito, con casita junto al Mediterráneo y cenas variadas; barcelonés de trabajo y ocio; el resto, para la familia: esposa bióloga e hijos independizados. Y viajes, todos los que hicieran falta para beber champán en ombligos de colores, que era lo que a él le excitaba en demasía.


Quería sus putas al lado, sin que ninguna de ellas supiera de la existencia de las demás, claro está. Disfrazado de hombre correcto, como tantas veces ocurre, su pasión por el vello púbico le irradiaba una suerte de alegría perpetua, a sabiendas de que, en cuanto marcara un número de teléfono, poseería o se dejaría poseer por la mujer que en ese momento le viniera en gana.


Cometió muchos errores.
El peor de todos fue enamorarse de María, una de las casi quinientas que atiborraban su agenda y que resultó ser, a la postre, quien le escupió toda la miseria que él había transmitido.


No lo hizo por las demás, no, sino por ella misma.


sábado, 27 de septiembre de 2008

El último avión


Tomó el último avión que pudo aquel viernes. Sólo para verlo.




Y lo vio. En cada uno de los rincones del barrio del Marais, la place des Vosges, el boulevard Saint Germain, la isla de Saint-Louis...






En los pequeños cafés, envueltos de acordeones y guitarras, en la orilla izquierda y en el agua del Sena.


Lo vio.




Los vio.




...No sé si París merecía este viaje.

jueves, 25 de septiembre de 2008

De un tiempo atrás


La mujer apareció bañada en un charco de sangre. Junto a ella, la policía encontró unas llaves, una cartera, documentación y un móvil roto, metidos en un pequeño bolso.

Diez minutos antes, Elena era atropellada por un motorista que se dio a la fuga.

Quince minutos antes, a Elena le sonó la indicación de haber recibido un mensaje escrito.

Cincuenta minutos antes, Elena estaba sentada en una sala de conferencias, oyendo sin escuchar la voz de alguien que hablaba sobre Molière.

Miles de minutos antes, Elena esperaba la llamada de alguien.

Media vida antes, la mujer jamás pensó que llegaría un día en que recibiría, por fin, después de tanto tiempo, el mensaje que jamás podría leer.

Y que nunca sabría si, verdaderamente, era el que había deseado.

martes, 23 de septiembre de 2008

De repente





No necesitó nunca un barco, sólo la brisa rozando de frente su cara. Ni un azul intenso, sólo un poco de mar para envolverse. Ni un sonido orquestal de fuegos artificiales (tal vez los que ahora hayas visto en tu cielo), sólo el leve y fraccionado eco de su aliento. Ni un abrazo eterno, sólo su caricia en la espalda. Ni las mejores promesas, sólo su mirada presente. Ni el lazo de sus piernas junto a otras, sólo el vello erizado de la cercanía.

Jamás necesitó su adiós, ni lo quiso, ni lo deseó, ni lo ansió, ni lo buscó.

Jamás.

Y, sin embargo, la brisa y el mar y el eco y la caricia desaparecieron de repente. Tan de repente que a Milena le costó demasiado tiempo reconocerse nuevamente.


Entre tantos cristales.



domingo, 21 de septiembre de 2008

El triángulo de las Bermudas





Equidistantes asomamos en una rotonda de una plaza de una ciudad. Por una parte, ellos, pongamos que se llaman Juan y Maite. Por la otra, un anónimo que los mira. Para terminar, yo, parada junto al semáforo rojo. El resto del mundo no existe.
Juan y Maite son dos jóvenes que se besan en uno de los bancos que bordean una gran fuente de cascadas y aguas que bailan rítmicamente. Ajenos a todo, y a todos, se besan, se rodean, se acarician el pelo y el pecho y el pantalón y hasta el pie. Desconozco si alguno de los dos ha leído el capítulo VII de Rayuela, de Julio Cortázar, pero la imagen que imprimen a esta escena de mediodía de domingo así lo parece: el beso. No otro. Ése. Hasta la saciedad se juntan sus bocas y sus lenguas, destacando su silueta contra el fondo de los edificios.
El anónimo se masturba mirándolos; lo hace de una manera disimulada. Lo que no esconde es su mirada, que mantiene fija en los dos, directamente, provocador, incluso soez, como si le fuese la vida en ello. Parece sacado de un personaje de Si te dicen que caí, de Juan Marsé.
No sé cuánto tiempo llevan así, los tres, cada cual en el centro de su placer.
Yo soy la última que aparece en el cuadro. Un semáforo que ha cambiado de color, simplemente, como el azar, que nos coloca tantas veces en decorados distintos, hace que mi vista se dirija a los otros dos puntos de este triángulo.
Al poco, el anónimo se levanta y se dirige hacia la pareja que continúa lamiéndose la boca y, diría, hasta la garganta.
Y, de repente, me aterra la idea de pensar que va a cometer cualquier acto violento contra ellos. No es lógico que camine hacia allí, cuando hay más salidas de la plaza que comunican con las calles cercanas. Pero sí, el anónimo continúa sus pasos hacia los jóvenes.
Al llegar a su altura, pasa de largo sin detenerse.
En un momento, el semáforo se ha puesto verde. El claxon del coche posterior al mío hace que me sobresalte en el asiento.
Varios segundos después, veo a mi izquierda a un hombre anónimo que llava el pantalón manchado y el gesto ausente.

Mientras, los jóvenes se siguen comiendo a besos y yo desaparezco del escenario.



jueves, 18 de septiembre de 2008

Las cinco de la tarde



Son las cinco de la tarde y están enterrando a un hombre.

Ayer vi la esquela, colocada en una pared, al fondo de mi calle. Es una esquina destinada a anunciar muertes y allegados y horas de sepelio, como otros puntos dentro del pueblo, donde uno se acerca cuando ve unas letras y, casi siempre, una foto.

Supe de la muerte de este hombre poco antes de leer su nombre allí, donde digo; me lo comentó un carpintero que estaba arreglando una cerradura en mi casa. ¿Te has enterado?, fíjate, con lo bien que estaba. ¿Cómo, qué, quién?, sí, éste, mujer, que tenía dos hijas pequeñas y que trabajaba en el super de las afueras. Voy a ver... Efectivamente, cuando miras la foto frente a ti, como si de un recorte de prensa se tratara, se te hiela la sangre. Tan joven, de un infarto, cómo es posible. 38 años no son pecado para morir.


Al final, uno acaba por descubrir que la vida son dos días, y que, cuando somos conscientes de eso, ha pasado ya uno y medio.


Al final, uno acaba siempre por descubrir su soledad.



lunes, 15 de septiembre de 2008

Cosas de muchas mujeres y de algunos hombres


Esto del Messenger tiene su gracia. Te envían consejos, enlaces, temas interesantes... para la mujer... y para el hombre, faltaría más. De todo se aprende, oye.

Consejos absurdos (pero ciertos) de belleza.

Si tus raíces parecen grasas justo cuando vas a salir a la calle, coge un poco de polvo de talco, extiéndelo por tus manos y aplícalo en tu pelo para que quede seco con rapidez.

Aplica una mínima cantidad de perfume en tu cepillo y úsalo sobre tu pelo, de las raíces a las puntas. La fragancia durará todo el día.


¿Callos recalcitrantes? Justo cuando te vayas a dormir, aplica vaselina sobre ellos, ponte unos calcetines y al día siguiente habrán desaparecido.

Volver a repetir un maquillaje por alguna imperfección puede consumir demasiado tiempo. Aplica un bastoncillo de algodón con quitamaquillaje y elimina esos fallos.

Si eres de esas personas que, tras hacer ejercicio, tiene un rostro rojo durante varias horas, toma un antiestamínico para recuperar tu aspecto normal.

Corta un aguacate, pélalo y machácalo bien en un cuenco. Extiende la mezcla por tu cuerpo y espera unos 20 minutos. Al retirarla, tu piel será más suave que nunca

Una uña rota es de lo más molesto. Aplica un poco de pegamento líquido, deja que se seque y luego píntate las uñas con un color opaco.

¿Se te fue la mano con el lápiz de labios? En lugar de restregarlo o difuminarlo, usa un bastoncillo mojado en limpiador de maquillajes.

Aplica un poco de laca sobre tu cepillo y péinate de raíces a puntas. La laca dará volumen y brillo a tu pelo, pero de forma natural y sin apelmazarlo.

Si quieres que tu bronceado brille sin que parezca grasiento, mezcla con tu bronceador un poco de aceite para niños.

Nada tan molesto como que la punta de tu lápiz de ojos se rompa mientras lo usas. Mételo en el congelador durante 15 minutos y no te dará problemas.

Para evitar que una espinilla aumente de tamaño, puedes controlarla a tiempo aplicando una punta de pasta de dientes. Espera 15 minutos para que absorba el exceso de grasa y limpia la zona.

Si cuesta curvar tus pestañas, calienta tu rizador durante unos segundos con el secador.

¿Tienes muchos jabones demasiado bonitos como para usarlos? Guárdalos entre tu ropa limpia para que huela mucho mejor.

Para quitarte diez años de encima

Las partículas reflectantes sirven para difuminar líneas de expresión y pequeñas arrugas. Evita los tonos mate y sustitúyelos por una base semitransparente.

Si tienes una piel más madura, evita los correctores más densos. Usa uno de término medio, pero sobre todo busca un revitalizante que te hidrate y nutra tu piel.

El lápiz de labios más oscuros hace que tus labios parezcan más finos, lo que es un signo de madurez. Busca pintalabios más cremosos o con gloss para rellenar los labios y darles un aspecto 'jugoso'.

Tu corte de pelo tiene una medida ideal cuando te haces mayor, y es entre la mandíbula y los hombros. Es un tipo de corte que funciona siempre, sin que importe la forma de tu cara.

A medida que envejecemos el pelo se vuelve más seco. Debes realizar un tratamiento con aceite caliente cada semana, y eliminar las puntas abiertas cada mes y medio.

Los métodos de blanqueamiento dental están en auge, con precios cada vez más asequibles. Tus dientes se oscurecen a partir de los 30, así que el blanqueamiento es una buena opción, siempre que antes consultes con tu dentista.

Las capas de células muertas pueden acumularse y hacer que la piel carezca de brillo. Elimínalas para devolver la juventud a tu piel; de paso, estimularás el flujo sanguíneo en tu rostro y les darás más nutrientes.

Si eliminas el azúcar de tu dieta verás cómo tu piel gana en tono y textura. Esto se debe a que las moléculas del azúcar atacan las fibras elásticas de la piel. ¡Tan fácil como decir adiós a los dulces!

Beber entre litro y medio y dos litros de agua al día permite eliminar las toxinas de tu cuerpo. Si lo complementas con dos o tres infusiones diarias, mejorarás el tránsito intestinal y renal, evitando que tu piel acumule dichas toxinas.

El antioxidante de moda es el efectivo Glisodín, capaz de mejorar la salud de cualquier tejido de tu cuerpo. La piel mejora en tono, textura y brillo, y a tu pelo también le vendrá muy bien.

Mantente siempre erguida, con los hombros hacia atrás. De ese modo tu postura es más enérgica, confiada y relajada. No es tan fácil como parece: practica cada día hasta que se convierta en algo instintivo.

Estudios recientes indican que un perfume con un toque de aroma a frutas del bosque hacen que aparentes seis años más joven. Al parecer, este aroma produce optimismo y cierto interés sexual. Hay gran cantidad de aromas y lociones con esta fragancia.


S
O
C
O
R
R
O
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


P.D.

Me quedo, especialmente, con tres: Lo del aguacate por todo el cuerpo seguro que tiene su morbo.

Por otra parte, ¿qué tendrán los labios jugosos, que gustan tanto?

Y, por último, lo del perfume con un toque de aroma a frutas del bosque para parecer seis años más joven... jamás había oído algo similar.

Por si acaso, ya sabes el próximo regalo.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Preparada y preparado



Sí, cariño, lo que tú me digas, que me quieres y que no sé hasta dónde alcanza tu amor. Que no puedes vivir sin mí, que mis curvas te enloquecen y mis tetas aún más. Que qué bien se está en casa y que qué gustito encontrarse la cama calentita cuando uno llega con la cabeza loca. Y no así, como tú estás ahora, en el camión, aunque tenga muchas comodidades, que ya me acuerdo yo de ellas, cuando éramos novios y yo te acompañaba en tus viajes.

Sí, amor mío, que los niños también te echan de menos, que a ver si vuelves pronto, antes de Navidad, como el turrón, que a Gloria le ha salido otro diente y ha de venir el ratoncito Pérez; que Juan se ha caído de la bicicleta, pero que no ha sido nada, y que Germán dice que se ha enfadado con la yaya porque no le ha dado dinero para las fiestas.

Sí, yo también estoy bien; por aquí hace fresco, ha cambiado el tiempo de un día para otro. La lavadora se ha estropeado; a ver si vienen a arreglarla, que yo no sé estar sin ella; mañana iré también a comprar la tela para la cortina, aquélla que te comenté que me gustaba mucho y que está bien de precio.

¿Que qué hago ahora?, pues... estoy viendo la tele, nada de particular. Como tú no estás, no he salido. Aunque me gustan los Inhumanos, que actúan esta noche en La Algodonera, y sus canciones, sabes que no me gusta ir por ahí mientras tú estás trabajando.

Sí, ya sé que las llamadas valen dinero, pero ¿qué prisa tienes?




-Ven, que ya estoy preparada.




No te entiendo bien, parece que se corta, o hay interferencias, me dices; bueno, tesoro, que ya me llamarás otro día, que ya les daré los besos a los niños, no sufras, y que ya te prepararé la paella para este domingo, por si llegas a la hora de comer; avísame primero.

Que yo también te quiero, no sé por qué lo preguntas.




-Ven, que ya estoy preparado.




Sí, parece que las interferencias continúan haciendo de las suyas. Pero en ambos teléfonos. ¡Eso de estar separados por varios países...!

Ten mucho cuidado, cielo, que el camión es seguro pero hay muchos accidentes. Y ya sabes que la hipoteca aún no está pagada.

Por cierto, no sé si has escuchado ahí la noticia del gen 334 que han descubierto y que habla de no sé qué cosa que tenéis los hombres y que os hace estar cachondos casi de perpetuo. Vale, no hago caso, amor, de esas tonterías. A qué fin nosotros, a nuestra edad, con los hijos y todo.

Ay, tesoro mío, cuánto te echo de menos. Te esperamos este fin de semana. Y coge unos días de vacaciones, que te irán bien. Tanto volante y tanto transporte, hombre. Que la cama ya está calentita.
Eso, que esta cama también está calentita.



Claro que otro beso para ti, pichurri. Adiós.

domingo, 7 de septiembre de 2008

De un domingo por la mañana

Me levanto pensando que es lunes.
Me coloco las gafas.
Me peso, desplomada ante las cifras.
Me voy a la cocina.

Me doy un susto de muerte.
(Un ratón , venido desde ni se sabe dónde, ha entrado desde la terraza y pasea libremente por la encimera)
Me oye el grito hasta el último ser vivo de esta casa.

Me voy al baño.
Me miro en el espejo.
Me meto en la bañera.
(Mientras otros intentan dar caza al roedor)

Me convenzco, mientras
me enjabono, de que, si no veo el bicho muerto, no preparo ni una comida más.
Me dicen que el ratón, por fin, se ha escapado por el mismo lugar por donde ha entrado.

Me lo creo. No me queda otro remedio.
Me fastidia mi cobardía ante algunos animales. Pero es domingo y

me encanta.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Milena





"¿De dónde habrá surgido la idea de que las personas pueden comunicarse mediante cartas? Uno puede pensar en una persona distante y puede tocar a una persona cercana; todo lo demás queda más allá de las fuerzas humanas.

Escribir cartas, sin embargo, significa desnudarse ante los fantasmas, que las esperan con avidez. Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por el camino los fantasmas. Con este abundante alimento se multiplican en forma desmesurada. La humanidad lo percibe y lucha por evitarlo. Y para eliminar en lo posible lo fantasmal entre las personas y lograr una comunicación natural, para recuperar la paz de las almas, ha inventado el ferrocarril, el automóvil, el aeroplano. Pero ya es tarde: son evidentemente inventos hechos en el momento del desastre. El bando opuesto es tanto más calmo y poderoso; después del correo inventó el telégrafo, el teléfono, la radio.


Los fantasmas no se morirán de hambre, y nosotros, en cambio, pereceremos."



FRANK KAFKA "Cartas a Milena"




Conocí a Milena hace años, de la forma más casual. Un tropezón, voluntario o no, derrumbó las estabilidades.

Desde entonces, asiduamente, es ella quien me escribe y me cuenta de sus vidas.

Desde entonces, puntualmente, soy yo quien lee sus cartas y escucha sus vidas.

martes, 2 de septiembre de 2008

Te quiero, mamá


(Madre cosiendo Autor:Mary Cassatt Fecha:1902
Museo:Metropolitan Museum Estilo:Impresionismo)






Había empezado aquí un texto. Como era la hora de comer, lo he dejado abierto con la intención de seguir más tarde. Mi hija Ana, de trece años, lo ha visto y ha escrito lo que sigue a continuación.


Vuelvo aquí cuando ya he dormido la siesta. Veo sus letras y elimino lo que yo, como siempre de una manera más bien torpe, había redactado. Dejo aquí solamente sus palabras; sus dulces, sabrosas palabras de colores. Y lo hago con una sonrisa que me tiene loquita, loquita.





TE QUIERO, MAMÁ...( DE TU HIJA ANA)
gracias por:
*haberme traído al mundo
*haber estado conmigo cuando yo estaba triste
*haber celebrado conmigo mi felicidad
*y gracias por otras muchas cosas que no hay ganas de escribir
:)
te quiero mucho, mamá .


.



lunes, 1 de septiembre de 2008

No pretendo


(La creación de Adán. Detalle. Miguel Ángel)




No pretendo ni la fama ni la gloria, ni rodearme de mensajes ni florecer asombrada ante nadie.
No pretendo conquistarte, ni aclararte, ni besarte, ni sentirte. No pretendo emocionarme con las presencias; no pretendo el recuerdo.
No pretendo agradarte.

No pretendo nada.

Sólo escribir cuanto se me ocurra.

Por mí misma.